La tristeza, «es una de las emociones que más se acercan a la resignación y a la aceptación. Se encuentra allí donde ocurre lo irreversible: cuando perdemos algo o a alguien y nada puede hacerse para recuperarlo». Y más adelante nos dice que «con sus sentimientos de saciedad y aceptación, su sosiego e incluso su apatía, la tristeza, a diferencia de la depresión, es una parte importante de nuestras vidas. Se trata del proceso mediante el cual reunimos el coraje para adaptarnos a una nueva versión de nosotros mismos tras una pérdida o decepción. Nos protege mientras descansamos y nos da fuerza».
En resumen: a la tristeza, más que espantarla, hay que abrazarla, para poder transformarla en «creatividad, trascendencia y amor». «La palabra nostalgia denota etimológicamente ‘dolor del regreso’, el dolor que produce no poder regresar. Lo que te hace sufrir es lo que te importa. Te duele precisamente porque te importa. Por tanto, la mejor respuesta al dolor es sumergirte más aún en tu empatía, que es exactamente lo contrario de lo que quiere hacer la mayoría de nosotros. Lo que queremos es evitar el dolor: mantener a raya lo acre preocupándonos poco por lo dulce».
Los aspectos positivos de la tristeza
Para empezar, diferentes investigaciones apuntan a que la tristeza tiene el poder de crear vínculos entre las personas. La clave está en nuestro instinto compasivo, que se origina «no solo en cualquier conexión entre humanos, sino en el vínculo entre madre e hijo, con el afán que impulsa a una madre a responder al llanto de sus críos». Esa compasión genera a menudo una mezcla de empatía y tristeza.
Por otra parte existen numerosos indicios de que la tristeza y la creatividad son dos expresiones humanas con una relación más que íntima. «Quienes trabajan en el mundo de las artes tienen una probabilidad entre ocho y 10 veces mayor de sufrir trastornos del estado de ánimo que el resto». Muchas otras investigaciones apuntan en el mismo sentido, y aunque las interpretaciones son variadas, las teorías más extendidas serían que «la adversidad provoca tendencia a retirarse a un mundo interior de imaginación» o que «los reveses emocionales propician un aumento de la resolución y la persistencia que ciertas personas aplican a su desempeño creativo».
Este ‘volcar’ la tristeza en una experiencia creativa también puede realizarse de forma vicaria. Eso explicaría nuestra tendencia a escuchar temas musicales tristes cuando nosotros lo estamos, en una especie de intento de sintonizar con la tristeza expresada por el creador. Así que, «si no puedes librarte de un dolor, conviértelo en una ofrenda creativa».
La tristeza te acerca al éxito
En definitiva, aunque sea difícil hacerlo en un mundo que no entiende la tristeza, aceptar la propia es conocerse y aceptarse a uno mismo en toda su dimensión. Y es el único camino hacia la completitud y la paz interior.
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