La obesidad infantil está relacionada con un mayor riesgo de padecer múltiples comorbilidades (dos o más enfermedades en un mismo individuo), como asma, diabetes, hipertensión y afecciones psicológicas.
Los datos son demoledores. La obesidad infantil puede estar asociada con diferentes afecciones médicas que son comunes en los niños diagnosticados con sobrepeso.
En concreto, estas enfermedades son:
- Asma.
- Diabetes.
- Hipertensión.
- Trastornos respiratorios.
- Trastornos del sueño.
- Afecciones inflamatorias de la piel.
- Trastornos convulsivos.
- Síntomas gastrointestinales/genitourinarios.
- Trastornos del neurodesarrollo.
- Afecciones psicológicas.
La obesidad es un problema de salud complejo y socialmente significativo que puede afectar de manera diferente a diferentes subtipos clínicos y demográficos de pacientes pediátricos. Agrupar todos los tipos de sobrepeso y obesidad en una condición clínica «puede ocultar asociaciones entre factores de riesgo y subtipos específicos de obesidad, lo que tiene implicaciones para mejorar la prevención, el reconocimiento y el tratamiento de la obesidad pediátrica».
¿POR QUÉ FRENAR LA OBESIDAD INFANTIL?
En España tenemos un 40% de exceso de peso infantil, entre los seis y los nueve años, y la mayoría de ese porcentaje lo mantendrá toda la vida. De estos niños y niñas, el 23,3% está en niveles de sobrepeso y el 17,3% sufre obesidad. Todos ellos tendrían una alta probabilidad, de desarrollar estas ocho enfermedades citadas.
Según la OMS, la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Más de 1.900 millones de personas adultas tienen sobrepeso. 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos en 2016 y más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) tenían sobrepeso u obesidad. Si se mantienen las tendencias actuales, la previsión es llegar a los 70 millones de menores con sobrepeso u obesidad en 2025.