Es una disciplina dentro del campo de las Neurociencias que estudia la relación entre la conducta y el cerebro, entendiendo este último como el conjunto de funciones cognitivas que nos permiten funcionar en nuestro día a día.
Entre los principales procesos cognitivos encontramos la memoria (clasificada según corto o largo plazo, declarativa o procedimental, verbal o visual, etc.), la atención (sostenida, selectiva, focalizada), funciones ejecutivas (englobando procesos como la flexibilidad cognitiva, planificación, resolución de problemas, etc.), habilidad visoespacial (definida como la capacidad para representar, analizar y manipular un objeto mentalmente), el lenguaje, la velocidad de procesamiento (que establece la relación entre la ejecución cognitiva y el tiempo invertido en realizar una tarea) o la lectura y escritura, la evaluación y el tratamiento del TDAH o dislexia, entre otras.
Hay multitud de causas que pueden afectar en mayor o menor medida a cualquiera de estas funciones y producir un rendimiento cognitivo deficitario en el paciente. Por lo tanto, el papel del Neuropsicólogo será el de evaluar dichas funciones mediante test estandarizados y observación clínica, estableciendo un diagnóstico y un plan de tratamiento (de estimulación o rehabilitación) de aquellos problemas cognitivos, conductuales y emocionales producidos por una patología subyacente.
Las patologías más comunes que se tratan en una consulta neuropsicológica se dividen según:
- Trastornos neurológicos: incluyen enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales, epilepsias, etc. Todas ellas pueden cursar con alteraciones neuropsicológicas, presentando diferentes perfiles cognitivos.
- Trastornos orgánicos: enfermedades como la diabetes, hipo/hipertiroidismo, el lupus o la fibromialgia en las que también pueden darse alteraciones cognitivas.
- Trastornos psiquiátricos: la esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno obsesivo-compulsivo, comprometen ciertas funciones cognitivas.
- Trastornos emocionales: la depresión o la ansiedad son patologías que pueden también comprometer el funcionamiento cognitivo normal, así como situaciones laborales de estrés pueden producir dificultades de concentración y atención.
Por último, también son frecuentes aquellos pacientes que desean realizar una revisión de la memoria; habitualmente, en estos casos se observan solamente los cambios normales que suceden en el sistema cognitivo producto del envejecimiento, pero en otros puede resultar un aviso temprano del inicio de un deterioro cognitivo leve o la fase primaria de una demencia.
Si padeces alguna de estas enfermedades, déjanos ayudarte. Visítanos en nuestro centro y las especialistas de la Unidad de Neuropsicología te atenderán y acompañarán en todo momento en tu proceso.